Inmersos en una crisis sin salida

Jorge Blázquez es doctor en economía

La actual política económica del Gobierno básicamente tiene dos grandes líneas de actuación: corregir el excesivo déficit público, por un lado, y arreglar los problemas de solvencia del sistema bancario, por otro. Además y como es bien sabido, ambos problemas están ligados entre sí. Se piensa desde el Gobierno que si conseguimos ajustar el déficit público a una cifra razonable -como el 3% del PIB- y saneamos la banca -haciéndola solvente-, nuestros problemas habrán quedado atrás. La confianza retornará a nuestra economía, la prima de riesgo volverá a niveles razonables y empezaremos a crecer moderadamente. En este contexto de confianza, se reactivará el crédito y, por tanto, la actividad económica privada. Pero creo que ésta es una perspectiva equivocada.

El problema central de nuestro país es el excesivo endeudamiento privado. Los problemas bancarios y las dudas sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas son, en realidad, un reflejo de dicho endeudamiento. Son la fiebre que aqueja al enfermo, no la enfermedad en si misma. Bajar la fiebre, no curará al enfermo.

La realidad es que con empresas fuertemente endeudadas es muy difícil obtener financiación adicional para nuevos proyectos e inversiones, incluso aunque el sistema financiero fuera muy sólido. El problema no es sólo, como se argumenta, que no haya crédito para las empresas –que es verdad que no lo hay-. El verdadero problema es que ningún departamento de riesgos de un banco estaría conforme en dar más crédito a una empresa sobreapalancada, casi con independencia del proyecto que se quiera financiar. Y sin crédito, y dado el modelo de economía que tenemos, no es fácil generar crecimiento económico.

McKinsey Global Institute publicaba un informe en enero de 2012 donde comparaba la deuda total de diferentes países. Para no hacer muy prolija la descripción diré que la deuda total –pública y privada- de España era 363% del PIB, frente al 278% de Alemania y 279% de Estados Unidos. En otras palabras, la deuda total de España era 85 puntos de PIB mayor que la de esos países. ¿Y de dónde procede esa diferencia? Pues de forma muy significativa de la deuda corporativa privada. Así, la deuda corporativa era el 134% del PIB en caso de España, frente al 49% en caso de Alemania y el 72% en caso de Estados Unidos.

En este contexto, creo que va ser muy difícil que España crezca y reduzca el desempleo si antes no tiene lugar un proceso de desapalancamiento privado. Y sólo hay 3 mecanismos para reducir la deuda:

1. El primer mecanismo es mediante el crecimiento económico en términos reales. Pero este mecanismo es improbable que tenga lugar en el próximo año y medio. España está sometida una política fiscal contractiva y a una política monetaria todavía más contractiva. La recesión está asegurada en 2012 y posiblemente también en 2013, si proseguimos con el ajuste fiscal previsto. El ultimo panel de previsiones de la economía española publicado por FUNCAS mostraba recesión severa en 2012 y 2013, con caídas del PIB del 1,7% en 2012 y del 0,6% en 2013. Mirando hacia delante, tampoco parece haber motivos para mucho optimismo. Las previsiones del Fondo Monetario Internacional anticipan un crecimiento por debajo del 2% hasta 2017.

2. El segundo mecanismo es mediante inflación. Se trata de “licuar” la deuda. No se trata solamente de que España deba tener menos inflación que Alemania para ganar competitividad vía menores costes. Necesitamos más inflación para reducir rápidamente la deuda en términos reales. Pero esta decisión está en manos del Banco Central Europeo, que debe poner en marcha una política monetaria mucho más expansiva. Y, sinceramente, no veo a ni al BCE ni a Alemania apostando por generar inflación en la eurozona para aliviar las deudas de la economía española.

3. El último mecanismo es, sin duda, el más duro. Consiste en asumir que hay deudas privadas que no se pueden pagar. En otras palabras, hay que aceptar que se ha invertido mal con el consiguiente impacto negativo sobre la deuda que respaldaba dicha inversión. Este mecanismo implica aceptar defaults importantes de deuda privada, con evidentes consecuencias sobre los acreedores, nacionales, internacionales y, obviamente, los bancos. Lógicamente si aceptamos que hay empresas importantes que pueden quebrar, también habría que aceptar que los bancos pueden quebrar, arrastrados por el aumento de la mora bancaria.  Pero aquí el Gobierno de España ya ha dejado claro que no va dejar caer ningún banco, por lo que –al final del proceso- la “deuda mala privada” acaba como deuda pública. En este contexto, el reciente rescate de la Comunidad de Valencia, que parece el primero de una larga lista, es una noticia que complica más el panorama.

Desafortunadamente, la estrategia de política económica que está en marcha es inútil. El esfuerzo del Gobierno está orientado a reducir el déficit para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública, eso sí, a costa de sumir a la economía en la recesión. Pero en esta recesión, las empresas privadas no solo se enfrentan a un problema de menores ingresos, también se enfrentan a un proceso de deflación de activos, que agrava aún más el problema de la deuda privada. La deuda nominal no se reduce, pero el valor de los activos que la respaldan cada vez vale menos. Y en este contexto, la política de austeridad está haciendo el problema de la deuda privada aún más grave.

Desafortunadamente, y a menos que BCE cambie radicalmente de estrategia y se decida a comprar deuda periférica y emitir dinero, no veo luz al final del túnel. Aunque en economía no hay nada seguro o inevitable, aparentemente estamos inmersos en una crisis sin salida. Al menos sin una salida ordenada.

 

Jorge Blázquez es doctor en economía

5 comentarios en “Inmersos en una crisis sin salida

  1. Creo que la explicación de Jorge Blázquez es de lo más atinado que he leido sobre esta crisis, recesión o ya no se si llamarla depresión. Desgraciadamente, a veces lo razonable choca abruptamente con las ideas preconcebidas y facilonas que son las que calan con más fuerza en la opinión pública. El despilfarro de del que se habla hasta la saciedad(….Y es cierto que lo hubo, pero no hasta el punto de llevarnos a esta situación) como explicación de todo lo que nos está pasando, carece de lógica ya que las durísimas y a mi entender injustas medidas que está adoptando el gobierno, tendentes todas ellas a reducir el deficit público, no están aplacando a los mercados, que además de generar una especulación brutal, no tienen ninguna confianza en la economía esàñola, y ello creo que se debe a lo que brillantemente argumenta el Doctor Blázquez: el endeudamiento privado masivo, ese apalancamieto de deuda que con una política económica tan restrictiva y orientada exclusivamente a reducir el deficit, y
    a sanear el sistema financiero, solo consigue agravar ese endeudamiento.

  2. Nada que objetar al artículo, excepto que le falta una conclusión que se deduce del propio artículo. El fondo de rescate y/o el BCE deben cortar la sangría de la prima de riesgo y abrir los mercados financieros para España. No deberían perder un segundo. Europa no puede rescatar a España, además no quiere rescatarla y ha demostrado en su Historia cierta tendencia hacia la autodestrucción, Alemania al frente siempre. Poner en marcha un cortafuegos es necesario, desde luego. Pero el artículo no debería haber acabado ahí.
    En mi opinión es posible otra política económica en España y otra política de España en Europa. Dos apuntes brevísimos sobre ambos temas: no seguir haciendo políticas depresivas como las que afectan a la capacidad de consumo de la población (recortes salariales, subidas del IVA…) que no sólo no van a contribuir a disminuir el déficit, sino que, incluso pueden agravarlo agudizando la caída de los ingresos públicos; y trabajar intensamente con Italia y Francia para consolidar en Europa un frente que imponga plazos mayores en los objetivos de consolidación fiscal, además, claro está, de dotar a la Unión de un Banco Central Europeo del que carece. Lo de Draghi es otra cosa.
    Pero esto es sólo un comentario, no un artículo. Sería interesante que este magnífico artículo «Inmersos en una crisis sin salida» concluyera proponiendo de manera tentativa una salida, porque una pequeña inflexión en las expectativas de crecimiento a plazo de poco más de un año, haría bajar la prima de riesgo de manera inmediata en 100pb y en poco días la llevarla a niveles tolerables. Es decir, abriría de manera inmediata los mercados financieros ahora cerrados para España. Porque el problema no es la deuda pública y, aunque sea necesario desapalancar el sector privado, tampoco el problema es la deuda privada ni los desequilibrios en la Balanza de Pagos. El problema es la recesión. La caída del PIB. Nadie presta a quien su capacidad de afrontar compromisos es cada vez menor. Politicas de ajuste y estabilidad son imprescindibles. La discusión está en las dosis. Las que ahora se aplican no son compatibles con la vida. Son letales.

  3. He estudiado micro y macroeconomia pero no soy una experta. Por eso necesito me expliquen jasta donde alcanzaria la desgracia si se hubiese dejado caer a los bancos y empresas del sector privado ?. Seria mas deshracia que la que tenemos ahora? Somos moribundos a disposicion de la voragine politico-economica!. Que hubiera oasado?

  4. Como inexperto en temas económicos, me gustaría preguntarle a Jorge Fabra, si él cree que la manera de abordar la crisis por parte del Gobierno español, y de la UE en general, responde a criterios «ideológicos», a un marco conceptual inatacable……En definitiva a la implantación de un modelo económico y social neoliberal. Me impresinó mucho el libro de Naomi Klein titulado la doctrina del shock, que aborda precisamente estas cuestiones, es decir aprovechar los momentos de crisis(Económicas, políticas, desatres naturales) en los que las poblaciones están en estado de shock, y por lo tanto son más vulnerables por el miedo, la incertidumbre, y la desorientación, a recibir pasivamente medidas y políticas antisociales, que en circunstancias normales serían muy difíciles de implantar , ya que una mayoría social las rechazaría. Es acaso esta crisis la gran oportunidad del neoliberalismo?.

    • Sí. Responde a criterios ideológicos. ECONOMISTAS FRENTE A LA CRISIS (EFC) inauguró su presencia pública en la prensa el 16 de Septiembre de 2011 con un artículo en El País bajo el nombre de «No es economía, es ideología» http://politica.elpais.com/politica/2011/09/16/actualidad/1316197852_481440.html y en nuestra WEB http://wp.me/p1HlFd-KY
      Y ese título será también el título de un libro colectivo de varios miembros de EFC que será publicado en Octubre próximo. Por consiguiente, sí. Pensamos que el Gobierno está afrontando la gestión de la crisis con criterios muy ideológicos. Está incumpliendo su programa electoral, lo que le hace perder legitimidad democrática, pero está cumpliendo su programa político máximo. Está, al fin, mostrando una enorme coherencia ideológica que se echa en falta en otros partidos.
      Es cierto que la ideología impregna todo. También las posiciones de EFC, pero nuestra crítica al decir que las políticas de falsa austeridad que se están implantando desde Europa y desde el Gobierno español no son economía sino ideología quieren poner de manifiesto dos cosas: 1º que son contrarias a los intereses generales y 2º que incumplen un principio científico incompatible con la economía como ciencia: la evidencia empírica las está refutando.

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