Presupuestos: La Crisis y el Multiplicador del Gasto Público

Juan Ignacio Bartolomé Gironella es miembro de Economistas Frente a la Crisis.

Los economistas no salen de su asombro. No por la amplia extensión de proposiciones debilmente fundamentadas (en situación de fuerte caída de la demanda efectiva es necesario reducir el gasto publico) lo que podría formar parte de una legitima controversia teórica, si no, sobre todo, por la tozuda defensa de ese tipo de posiciones a pesar de que la realidad está demostrando, contundentemente, las terribles consecuencias de la política económica que resulta de su aplicación dogmática.

En economía, como en medicina, también hay curanderos que porfían en tratamientos que empeoran la salud de su paciente. Son los tratamientos alternativos de quienes, seguros en su fe, cierran los ojos ante la realidad. Justo lo contrario de lo que exige el método científico, siempre tributario de la experiencia empírica.

En el curso introductorio a la macroeconomía, en primer año de la licenciatura de Ciencias Económicas, explicábamos un concepto al que llamábamos “Multiplicador del Gasto Público”. Era un efecto, en cierta medida paradójico, según el cual, bajo determinadas condiciones, un incremento del gasto público desencadenaba un proceso de incrementos sucesivos de la producción de bienes y servicios que permitían al Estado aumentar sus ingresos hasta el punto en que se contrarrestaba el incremento del gasto, con lo que acababan equilibrándose las cuentas públicas al nivel inicial. El mecanismo, explicado con la sencillez que requería un curso introductorio, es el siguiente: si, por ejemplo, el nuevo gasto se dedica a contratar a unos trabajadores, el Estado recupera el impuesto sobre la renta de estos trabajadores y, además, el IVA sobre la mayor parte de las compras que estos efectúen. Y, ya de forma indirecta, estas compras, en el supermercado o en el bar de la esquina, suponen un aumento del empleo y de las ventas y beneficios de determinadas empresas que también pagan los impuestos correspondientes y que, a su vez, aumentan sus compras a las empresas proveedoras, lo que implica nuevos aumentos de la recaudación del Estado y menos costes por prestaciones sociales. De ahí el concepto “Multiplicador”.

Este efecto opera igualmente, aunque en sentido contrario, si se trata de una reducción del gasto público. Si, por ejemplo, se despide a profesores, a médicos, o a investigadores, éstos pagan menos impuestos y también consumen menos lo que supone menores ventas de otras empresas, que acortan sus plantillas y aminoran los pedidos a sus proveedores, provocando nuevos descensos de los impuestos recaudados por las administraciones públicas. Calculábamos, tras operaciones aritméticas bastante simples, que al final del proceso el descenso del gasto público llevaría consigo un menor ingreso en cuantía similar. Es decir, la reducción del gasto no implica la pretendida reducción del déficit presupuestario.

Ambos fenómenos incorporan consecuencias muy relevantes. En el primer caso, el aumento del gasto público se traducía en mayor producción de bienes y servicios (PIB), mejora de la eficiencia del sistema productivo y más rentas y mayor grado de satisfacción de los ciudadanos. Mientras que en el segundo caso, reducción del gasto público, la consecuencia era un descenso del empleo, del PIB, de las rentas y de la eficiencia de la economía.

Son relaciones teóricas pero que pueden comprobarse en la práctica con un somero análisis de la evolución de las variables macroeconómicas y que sustentan la posibilidad de actuar desde el Estado para compensar una caída drástica de la actividad económica.

Siempre había en la clase un alumno aventajado que sintetizaba con una pregunta el desasosiego de sus compañeros. ¿Si esto es así, porqué no aumentar más y más el gasto de las administraciones públicas? La respuesta era el contenido de la segunda parte de la lección: como todo en la teoría económica, la relación entre causas y efectos se da en determinadas condiciones. Vamos a describir estas condiciones en un contexto de crisis profunda como la que sufrimos en la actualidad en España.

La primera condición es bastante evidente. Se requiere que el aparato productivo sea capaz de responder con aumentos de la producción de bienes y servicios al impulso de la demanda originada por el incremento del gasto público. Es decir, que tenga capacidades no utilizadas. En un escenario como el que vivimos esto no parece ser un problema. La mayor parte de las empresas están funcionando muy por debajo de sus posibilidades. Las cifras de paro son el mejor reflejo de la actual infrautilización de los recursos de que disponemos.

La segunda condición, conectada con la primera, se refiere al efecto sobre los precios, la tasa de inflación, que puede derivarse de incrementos sistemáticos de la demanda. Los movimientos de los precios reflejan las tensiones entre demanda y oferta. Si ésta no puede responder con aumento de las cantidades, responderá elevando los precios. En determinadas áreas se irán generando “cuellos de botella” traducidos en mayores precios que se trasmitirán al resto del sistema. La inflación tiene sus propios mecanismos de auto-alimentación, espirales de precios, que cuando se ponen en marcha son difíciles de corregir. Y en nuestro sencillo discurso aportábamos elementos que mostraban las graves ineficiencias que una inflación excesiva introducía en el funcionamiento del sistema económico. Sin embargo, éste tampoco parece ser un problema en las actuales circunstancias. La crisis, con un alto contenido de deficiencia de la demanda efectiva, convive con alzas de los precios muy limitadas.

La tercera condición se refiere a la financiación del incremento del gasto público. Si el Estado decide gastar más tiene que obtener créditos, que serán devueltos cuando sus arcas experimenten la afluencia de ingresos a través del efecto multiplicador que se describía al principio. Pero, en su búsqueda de financiación, el sector público compite con los inversores privados. En un escenario de fondos prestables escasos, la mayor demanda de préstamos por la Administración tiene consecuencias muy desfavorables para la inversión privada. Reduce las cantidades a su disposición y aumenta los tipos de interés. Sin embargo, éste tampoco es un problema relevante en los tiempos que vivimos. Las expectativas de los empresarios, que es lo que alimenta su demanda de inversión, están por los suelos, por lo que no se verían afectadas por el incremento del gasto público. De hecho, lo que les afecta con negativa intensidad es su reducción.

Un cuarto condicionante apunta al Comercio Internacional. La tan mencionada globalización supuso, hasta el estallido de la crisis, una expansión muy fuerte de los intercambios comerciales entre los países y de sus porcentajes sobre el PIB. El problema es que la expansión de la demanda, a través del gasto público, en un determinado país, corre el peligro de dirigirse, en parte, hacia las importaciones lo que, lógicamente, reduce sus efectos sobre el mercado interior. A pesar de la política expansiva llevada a cabo por el Gobierno español entre principios de 2008 y mediados de 2010, la debilidad de la demanda en ese periodo hizo que el déficit comercial se redujese prácticamente a la mitad motivado por una aguda caída de las importaciones y no tanto por la fortaleza de nuestras exportaciones. El impulso a la demanda en un país debe ser simultáneo al de los países de su entorno, de forma que el incremento de las importaciones venga contrarrestado por un aumento paralelo de las exportaciones. De ahí la crítica a la carencia angustiosa de coordinación de las políticas macroeconómicas en el seno de la Unión Europea.

La quinta condición también depende en gran medida de decisiones externas a la Administración del país. El tamaño de la diferencia entre gastos e ingresos públicos, el déficit, y su forma de financiación deben someterse a la normativa de la Unión Europea y a los acuerdos entre los estados miembros. Son normas establecidas cuando se crea el euro que limitan de manera estricta la autonomía de los gobiernos para contrarrestar, a través de su gasto, los efectos de la crisis en su propio país.

En concreto, y a diferencia del resto de las áreas económicas, EEUU, Reino Unido, Japón… el Banco Central Europeo no financia con Eurobonos los déficits públicos de los países cuya moneda es el Euro y las autoridades europeas exigen de forma rígida el mantenimiento de estos déficits en límites muy estrechos. Son reglas adecuadas en condiciones normales pero que, evidentemente, no están pensadas para situaciones de crisis, a pesar de lo cual, los Estados que controlan la Unión Europea, liderados por Alemania, las aplican rigurosamente, con la amenaza de expulsar de la moneda común a quien las incumpla.

Su aplicación se centra en la disminución del gasto público, ignorando que ello supone, a su vez, la reducción de los ingresos y, por tanto, el mantenimiento del déficit, e ignorando también sus consecuencias sobre el PIB, sobre los niveles de desempleo, sobre la calidad de vida de los ciudadanos y sobre la cohesión y la conflictividad social. El coste para la ciudadanía de esta política es inmenso y, por supuesto, muy superior a los beneficios que pudiera reportar.

En España hay recursos productivos en cantidades muy amplias que se mantienen ociosos. Trabajadores, empresarios, instalaciones, materias primas, tecnología… y también existen necesidades insatisfechas que suponen una gran demanda potencial que no se hace efectiva. Además, se cumplen las tres primeras condiciones que mencionábamos al principio. Sin embargo, las condiciones cuarta y quinta, que dependen de decisiones externas, impiden actuar a nuestras Administraciones Públicas para movilizar y emplear estos recursos.

Volviendo a la actividad docente, también tratábamos de explicar las causas de las crisis económicas: carencia de materias primas, excesos de oferta por sobreinversión, oleadas de nuevas tecnologías que provocaban la obsolescencia del aparato productivo, inadecuación de la mano de obra, falta de iniciativa empresarial,…. etc.

Lo paradójico es que ninguna de estas causas se adecúa a lo que está pasando. Conocemos los orígenes de la crisis pero su permanencia se debe a la caída de la demanda efectiva por depresión de las expectativas de los inversores y consumidores, por la reducción de la capacidad de comprar de estos últimos y por la inoperancia del sistema financiero. Son factores que pueden ser corregidos a través del impulso de las administraciones públicas Anunciar nuevos recortes no mejora, evidentemente, las expectativas de inversores y consumidores ni el funcionamiento del sistema financiero, cuya capacidad para abordar su endeudamiento depende de la evolución de los negocios. Es lógico que las reducciones del gasto público aumenten la prima de riesgo de la deuda, tanto del sistema financiero como del Estado, ya que la garantía de su devolución depende, fundamentalmente, de las previsiones sobre la evolución del PIB.

La desconfianza de los mercados no se debe a la insuficiencia de las medidas restrictivas que anuncian los presupuestos, sino, por el contrario, a la percepción de que estas medidas suponen ahondar en la depresión y, por tanto, a las dificultades para hacer frente a la deuda en un escenario más crítico.

Por ello, no es fácil clasificar la actual crisis con los criterios que utilizábamos en nuestros cursos. Si tuviéramos que asignarle un adjetivo hablaríamos de crisis “deliberada”. Las autoridades europeas nos mantienen deliberadamente en un escenario de paro, de inutilización del aparato productivo, de recortes de las prestaciones sociales y todo ello en aras de una pretendida austeridad, cuando este escenario, que prescinde de médicos, profesores, investigadores, etc., es precisamente el mayor derroche.

Y todo esto ¿porqué? Una característica esencial de esta crisis, a diferencia de otras que hemos sufrido, es que ha desencadenado un conglomerado de intereses que abogan por el mantenimiento de la recesión en los países del sur de Europa. Se sienten cómodos en ella. Son elementos que impiden la adopción de medidas para salir de la crisis. Pongamos algunos ejemplos:

A.-La colocación de eurobonos por el Banco Central Europeo, empleando los recursos obtenidos en la financiación a bajos tipos de interés de los déficit públicos, acompañada, por supuesto, de una fiscalización estricta de su utilización, reduciría el servicio de la deuda y permitiría a los gobiernos impulsar la movilización de los recursos productivos.

Sin embargo, eliminaría la especulación en torno a la deuda pública y reduciría los beneficios de los operadores financieros. Es lógico que estos se opongan con toda su capacidad de lobby.

B.-Un contexto de crisis como el que vivimos es el más adecuado para imponer una reforma laboral que quiebre la fuerza de las centrales sindicales y someta al mundo laboral.

C.-La pretendida austeridad es una magnifica coartada para reducir las prestaciones sociales. Al fin y al cabo, estas prestaciones son el eje de la redistribución de rentas por parte de estado. Y esta redistribución es obviamente, de los ricos hacia los pobres. Eliminando las prestaciones se elimina la redistribución.

D.-Aferrados a los tratados, en medio de una crisis profunda, un conjunto de países, liderados por Alemania, pueden modificar las relaciones de poder en el seno de la Unión Europea. El espectáculo de Alemania imponiendo los gobiernos de Grecia, Italia, Portugal e, indirectamente, España, solo es explicable en las actuales circunstancias.

E.-La crisis impulsa un cambio en la distribución del trabajo, tanto dentro de la Unión Europea como en el ámbito mundial. Habrá países ganadores y perdedores en esta nueva distribución.

En definitiva se trata de cambiar el sistema de producción, de distribución y de relaciones industriales y sociales. Eso es lo que está en juego. Las crisis desembocan en un nuevo sistema económico y la batalla se centra en la definición de este nuevo sistema. La derecha europea, amparada por los análisis de un amplio espectro de economistas heterodoxos, está ganando esta batalla por amplia goleada.

Este conglomerado de intereses es la explicación de los presupuestos elaborados por el Gobierno Español. La imagen del alto cargo europeo echando las manos al cuello del ministro español, al parecer en broma, no le vemos la gracia, es bastante expresiva. Lo surrealista son las declaraciones de este alto cargo: “Sabemos que ello supondrá mayor paro y más pobreza, pero es necesario hacer nuevos esfuerzos de reducción del gasto público en España”.

Se ha subvertido el objetivo de la política económica. No es combatir el paro y la pobreza, es reducir el gasto público. Estamos al borde del abismo y nos dicen que demos un paso al frente. Es lógico que tras la publicación de los presupuestos de la Administración Española aumenten la desconfianza en nuestra capacidad de afrontar la deuda, la prima de riesgo, las cifras de paro y las dificultades del sistema financiero.

Ello lleva a insistir en que nos mantienen deliberadamente en la crisis. Solo la aparición de intereses favorables a su superación, con suficiente potencia para contrarrestar los intereses en contra, puede cambiar la tendencia. De momento la crisis durará el tiempo que necesiten estos últimos para conseguir sus objetivos.

Juan Ignacio Bartolomé Gironella es economista y miembro de ECONOMISTAS FRENTE A LA CRISIS

www.economistasfrentealacrisis.com

10 comentarios en “Presupuestos: La Crisis y el Multiplicador del Gasto Público

  1. Completamente de acuerdo, salvo en una cosa.

    Los economistas «ortodoxos», salvo quizá alguna excepción que tenga que ver con el coeficiente intelectual, o una grave miopía profesional, no son curanderos que porfían en tratamientos equivocados.

    En mi opinión, son cómplices conscientes, e interesados, en llevar adelante este saqueo.

    Pedro González

    • En este artículo se dice con toda claridad que la ortodoxia económica no está del lado de los economistas que sustentan los principios económicos de las políticas de austeridad. Por el contrario , esos economistas son los heterodoxos. Literalmente, en EFC sostenemos que: «En economía, como en medicina, también hay curanderos que porfían en tratamientos que empeoran la salud de su paciente. Son los heterodoxos, los de los tratamientos alternativos que, seguros en su fe, cierran los ojos ante la realidad. Justo lo contrario de lo que exige el método científico, siempre tributario de la experiencia empírica.» No queremos que nos roben las palabras. La ortodoxia científica no está con las politicas de austeridad. No es lo que hemos aprendido de nuestros maestros en la Universidad. Los manuales de economía más ortodoxos alertan contra las reglas automáticas, contra las politicas que en la economía ignoran la fase del ciclo. Si dejamos que quienes estan undiendo este país y el futuro de Europa se apropien de las palabras, perderemos y perderemos sin remedio. El multiplicador fiscal keynesiano es pura ortodoxia. No es heterodoxia, un invento de oportunidad para criticar lo que hoy se ignora.

  2. Totalmente de acuerdo. De seguir por esta vía mucho me temo que los paises del Sur Europeo y en concreto el grueso de sus poblaciones (que serán las realmente afectadas por estas corrientes Político-Económicas), al cabo quedaremos empobrecidas y resignadas a ser ubicadas como mano de obra barata y eficiente en sectores medios-bajos dentro de un aparato productivo estratégicamente diseñado desde el centro de Europa , que con ello, se está pretendiendo Establecer en Europa el mismo modelo al imperante en EE.UU. Se acabarón los festejos. Nos quieren para que trabajemos y trabajemos más.¿ Qué les puede importar a este sobrado Neoliberal-Staff la presencia de empobrecidos sectores que ni voz ni voto tendrán en su ya biénlogrado Plan? Podríamos establecer un silogísmo entre el futuro inmediato que nos aguarda( en el que imperarán una Única Política Económica y Monetaria de Orden cuasi Mundial), con aquello de la exposición Narrativa de corte fantástico contenida en la Novela de Tolkien «El señor de los Anillos».<> decía allí. «Una sola Política que nos controle a todos» esto me temo , será lo que terminaremos diciendo al cabo,.. todos o casi todos los ciudadanos europeos como si de una verdad irrefutable se tratase. La Política a de ser todo lo contrario, un diálogo permeable entre partes participantes e interactivas y no esa pretendida escena política que a base de ser repetida y perfilada en los esotéricos ensayos del foro Europeo actual se está combirtiendo ( ..y a base de bién), en el «Padre Nuestro, dánoslo hoy… y AMEN». A razón de esto… a la Señora Merckel bien podríamos ponerle el sobrenombre o título de: «LA SEÑORA DE LAS ANILLAS» , por aquello de que nos tiene atados y bién atados. Igualmente el señor Sarkozy estaría interpretando apropiadamente el papel de «Saruman» , aquel señor de la sonrisa torcida que por nada quería soltar el bastón de mando y que aún a sabiendas que ejercía un poder secundario y gregario a los planteamientos de su Señor, aún así, se le veía muy a gusto aplicando aquello de » A Dios rogando y con el Mazo (o con el bastón… ¡ da igual ! ) dando.Mucho me temo, que en este teatrillo, a nuestros presidentes del Sur Europeo sólo les quepa interpretar el papel de aquellos hombres oscuros carentes de alma (no recuerdo sus nombres) y que montados a caballo se les encomedaba la oscura tarea de aterrorizar y doblegar el espíritu de cualquiera dispuesto a contradecir la Uniformidad que se Imponía. Europa,creo, ha de ser la Europa de los pueblos. Pueblos distintos y distintas deberían ser también las opciones políticas y económicas que nos demos a través de la Democracia. Todo impulso impuesto, ya de por si e independientemente de sus pretensiones (sean éstas buenas o malas), es o constituye un atentado contra la Democracia, pero es aún más, contra el alma libre del hombre. No sé si finalmente la solución estará en una especie de Insumisión personal, al límite ..Insumisión colectiva de ambito local.Quizas las soluciones tengan que venir por el lado de la Microeconomía aplicadas al ambito de lo local y no por el lado de las grandes soluciones MacroeconómicAS impuestas en unos foros en los que los ciudadanos nada tenemos que decir, pues no nos dejan hacerlo. Cooperativismo y corporación Local, creo que serán conceptos que en el futuro cobrarán mucha significación para la ciudadanía. De seguir así tendrán cabida las políticas de concesión de micro-créditos y las asignaciones de recursos tendrán que establecerse en el ambito mas cercano de una manera mucho mas eficiente de lo que hasta ahora. Cooperativismo , socialización del capital al estilo de Marinaleda (aunque eso asuste a mas de uno) o a la Vasca..es igual, pero finalmente Cooperativismo.

  3. Hola, antes de esa lección creo que había en Economía de primero (FF. Ciencias Económicas y Empresariales. Universitat de València. D. Enrique Galán) otra lección que creo que resume mejor y con un lenguaje más cercano. Decía, «que las personas que gobernaban debían de llevar la economía como un buen padre/madre de familia» Por lo tanto ante tal situación de crisis un buen padre/madre primero haría «raya» en su economía, tanto ingresamos tanto gastamos, tanto debemos y priorizaría para que su familia pudiera salir hacia adelante.Y creo que un buen madre/padre de familia priorizaría algo parecido a la pirámide de Maslow. Primero la comida, la salud, educación, vivienda,transporte,…y así así hasta los bienes de lujo. Esto creo que coincide con los derechos de las personas que tenemos adquiridos. Yo como padre no tocaré o lo último que tocaría sería lo que sirva para desarrollar a mi familia. Pero ay! si cuando he tenido, he malgastado y debo dinero a mis amigos, y estos están igual de fastidiados que yo. Tendré que quitarme de tomarme alguan caña o privarme de comprar caprichos para devolverles lo que les pedí. O que os parece si soy capaz de ceder un poco de mi trabajo para que otro que no tiene, él pueda trabajar. Reducirnos todos las jornada para que otros entren a trabajar para hacer esas horas que nosotros no hacemos.

    Bueno, no me enrollo.
    Gracias por el texto.

    Un saludo

    Xavier Soler

  4. Estupenda explicación, apto para todos los lectores!
    Posibilitad la opción de compartir a través de Facebook para su difusión.
    Un saludo.

  5. Los modelos económicos tal cual están no se sustentan.
    Y además de buscar las soluciones para vencer la crisis se busca salir del estado de inercia frente la conyuntura que tomó cuenta de vosotros los españoles.
    Monica Doin
    Rio de Janeiro

  6. Cuando se produce un desaguisado, las consecuencias del mismo siempre producen perdedores y ganadores. Si el desaguisado es natural (terremotos, tsunamis etc.) nada que objetar, si no es así, algunas consideraciones.
    El desaguisado actual (monetario) tiene dimensión mundial, empezó en EEUU. (Leeman Brothers), se ha extendido por todo el mundo y no es natural sino provocado.
    Las consecuencias del mismo están produciendo ganadores y perdedores. ¿ ganadores ? el capital, la derecha. ¿perdedores? Los trabajadores, la izquierda. A los responsables del desaguisado hay que buscarlos entre los que han salido ganando, para eso lo han provocado.
    Hay dos poderes en el mundo que son principales y de los que derivan otros poderes menores, estos poderes principales son el poder político y el poder económico. A nivel de España, cuando gobierna la derecha con mayoría absoluta o no, gobierna teniendo en su mano los dos poderes, cuando gobierna la izquierda con mayoría absoluta o no solo dispone del poder político, mientras la derecha que sigue teniendo el poder económico, se dedica a socavar la imagen del gobierno de la izquierda empleando su poder económico. Como?.
    Siendo como son los dueños del capital son por la misma razón los dueños del empleo y regulan a su interés la longitud de la cola del INEM, recordáis la longitud de la cola en los últimos tiempos del gobierno de Felipe González?, creo recordar que tenía una longitud de algo más de 3000000 de parados. Así las cosas, se dedicaron a decirle en el congreso y fuera de él que era el campeón del paro, él que había prometido crear 800000 empleos, que ellos (la derecha) si crearía empleo cuando llegase al poder, vallase Ud. Señor González etc. etc. En esta ocasión, con Zapatero en el poder político, la derecha ha estimado que necesita en la cola del INEM algo más de 5000000 de parados y ha vuelto a decir cosas parecidas, son ustedes los campeones del paro, la política económica se la dictan a ustedes desde fuera, están ustedes pisoteando los derechos de los trabajadores, con nosotros en el poder los trabajadores saldrán ganando etc. etc. Inconcebible, el PP presentándose como el garante de los derechos de los trabajadores.
    Pues, por lo visto, nos conocen mejor que nosotros mismos porque unos 4500000 gilipoyas se lo han creído y con su voto o abstención han propiciado que el PP tenga mayoría absoluta. Las cosas que pasarán a partir de ahora son, a mi juicio, lo siguiente.
    La derecha, dueña del empleo, dará trabajo a unos 3 o 4 millones de parados, siempre mantendrán una cola de 1 millón o más y utilizando su reciente reforma laboral pagará con la masa salarial de los aproximadamente 17 millones de personas que trabajan actualmente a los 20 o 21 millones, es decir los trabajadores con empleo pagarán a los parados actuales y estos a su vez trabajaran para el capital.

Deja un comentario