Por Cristina Narbona, miembro de Economistas Frente a la Crisis
El pasado 23 de octubre, el Consejo Europeo alcanzó una muy cuestionable posición común cara a la negociación internacional sobre cambio climático en el horizonte 2030: un 40% de reducción de las emisiones de CO2 del conjunto de la UE respecto del nivel de 1990, un porcentaje del 27% de energías renovables en el consumo de energía a escala europea, y un objetivo indicativo de un aumento del 27% de la eficiencia energética.(40-27-27) Es decir, ni un solo objetivo vinculante para cada uno de los países miembros, y con propuestas menos ambiciosas que las de la anterior Comisión y el Parlamento Europeo -e incluso por debajo de lo reflejado en el mandato del nuevo Presidente Juncker al Comisario Arias Cañete, donde se marca un porcentaje obligatorio del 30% para las energías renovables-. Sigue leyendo